La Fiscalía noruega ha acusado formalmente a Marius Borg Høiby, hijo de la princesa Mette-Marit de Noruega, de cometer 32 delitos, entre ellos cuatro de violación, lo que ha generado un fuerte impacto en la familia real. El príncipe heredero Haakon de Noruega calificó la situación de «difícil y desafiante» durante una aparición pública en Trondheim, donde enfatizó que el caso debe resolverse en los tribunales. La declaración del príncipe llega tras la confirmación de las acusaciones, que incluyen actos violentos, alteración del orden público y filmación ilegal, todos ellos cometidos entre 2018 y 2024.
El caso ha dejado en evidencia la tensa relación entre Borg Høiby y la justicia noruega, con su abogado alegando que el acusado planea declararse culpable de algunos cargos menores mientras niega las acusaciones de violación. La frecuencia de sus arrestos, problemas con el alcohol y drogas, y las detenciones relacionadas con sus exparejas han deteriorado la imagen pública de la familia real. La Fiscalía espera que el juicio comience en enero de 2026, insistiendo en un tratamiento igualitario ante la ley, sin privilegios debido a sus vínculos reales. Mientras tanto, la casa real mantiene su postura de dejar que el proceso judicial siga su curso, enfrentando un desafío significativo en la percepción pública.
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