En un entorno de concentración extrema y aislamiento, Dommaraju Gukesh, el prodigioso campeón mundial de ajedrez de tan solo 18 años, evita cualquier distracción en el torneo de Wijk aan Zee, tras su reciente coronación en Singapur. Alojado a escasos metros de la playa del Mar del Norte, el joven indio dedica sus días principalmente al estudio y preparación dentro de los confines de su habitación de hotel, siendo su interacción con el mundo exterior limitada a lo esencial: el uso del gimnasio y breves conversaciones con la prensa tras sus partidas. Su estrategia monacal parece estar dando frutos, pues se mantiene invicto, ascendiendo del quinto al tercer lugar del ranking mundial, superando incluso al destacado estadounidense Fabiano Caruana. Al acercarse las rondas finales del torneo, Gukesh sueña con acercarse al segundo puesto, ocupado por Hikaru Nakamura, mientras que el campeón noruego Magnus Carlsen, ausente en esta edición, sigue manteniendo una distancia considerable.
En el paralelo Challengers, otros jóvenes ajedrecistas también ven su oportunidad de destacar, especialmente la china Miaoyi Lu, quien impresiona con su talento excepcional a tan solo 15 años. Sin embargo, el evento no ha estado exento de controversias. En la primera ronda, un polémico incidente involucró al uzbeko Nodirbek Yakúbboev, quien, alegando restricciones religiosas, se negó a estrechar la mano de la india Divya Deshmukh, lo que generó una rápida reacción de los organizadores. A pesar de este incidente aislado, el torneo continúa siendo un punto de encuentro clave para el ajedrez internacional, convocando a más de 1.200 participantes en sus diversas categorías bajo el patrocinio de Tata Steel. Wijk aan Zee se consolida así como un importante escaparate del talento emergente y un referente anual en el calendario ajedrecístico.
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