Con la llegada de septiembre, millones de familias enfrentan la desasosegante vuelta a la rutina tras el verano. Este cambio de hábitos no solo afecta a los humanos, sino también a las mascotas, que viven un síndrome posvacacional similar al que experimentan sus dueños. Durante las vacaciones, los animales suelen disfrutar de más compañía y actividad, pero el regreso a casa conlleva una reducción en el tiempo de interacción y estímulos, lo que puede causarles estrés, tristeza o ansiedad.
Los síntomas del síndrome posvacacional en perros pueden incluir letargo, pérdida de apetito y comportamientos destructivos, mientras que los gatos pueden mostrar apatía y un aumento en la tendencia a aislarse. Para facilitar la transición, se recomienda reintroducir la rutina de manera gradual, restableciendo horarios de comida y paseos. Además, actividades como juegos interactivos y el uso de tecnología para interactuar a distancia pueden ayudar a mantener a las mascotas ocupadas. Es crucial que los cuidadores presten atención a los cambios conductuales, y si persisten, consultar a un veterinario para abordar posibles problemas subyacentes.
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