En un esfuerzo por intensificar la lucha contra la evasión fiscal, las autoridades fiscales españolas han redoblado sus iniciativas para identificar a aquellos contribuyentes que poseen activos no declarados en el extranjero. Con los acuerdos fiscales internacionales cada vez más fortalecidos, el tradicional recurso de esconder dinero en cuentas fuera de España se ha convertido en un riesgo significativo para quienes optan por esta práctica. A partir de 2025, la Agencia Tributaria contará con mayor acceso a la información sobre depósitos de ciudadanos españoles en otros países, lo que permitirá un control más exhaustivo.
La legislación española establece que cualquier persona con más de 50.000 euros en cuentas, depósitos, acciones o fondos fuera del país debe declarar estos activos utilizando el Modelo 720. Esta declaración informativa, que no implica el pago inicial de nuevos impuestos, debe presentarse entre enero y marzo del año siguiente al período fiscal en cuestión. Sin embargo, cualquier error o retraso al presentar este formulario puede resultar en sanciones significativas, lo que resalta la necesidad de un cumplido y preciso reporte.
Este requerimiento abarca no solo a grandes fortunas o cuentas en paraísos fiscales, sino a cualquier ciudadano que posea activos en el extranjero que superen el límite establecido. Además, una vez realizada esta declaración, únicamente es necesario volver a presentar información si el valor de los activos aumenta en más de 20.000 euros o si se producen cambios significativos en las cuentas previamente declaradas.
Además de esta obligación de declaración, los contribuyentes deben incluir en su Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) cualquier ingreso generado por esos activos en el extranjero, como intereses o dividendos. Afortunadamente, los convenios de doble imposición firmados por España permiten evitar el pago doble de impuestos sobre el mismo ingreso, otorgando así un respiro a quienes cumplen con sus obligaciones fiscales.
Expertos fiscales aconsejan a aquellas personas en esta situación ser especialmente meticulosos y respetar escrupulosamente los plazos establecidos para evitar problemas con la Hacienda pública. En caso de dudas, la mejor recomendación es consultar con un asesor fiscal para garantizar el cumplimiento de todas las obligaciones tributarias relacionadas con activos en el extranjero. La gestión cuidadosa y eficiente de estos trámites es esencial para evitar sanciones y asegurar que las cuentas con el fisco estén en orden.