En el mundo moderno, la electricidad se ha establecido como un pilar fundamental en la vida cotidiana. Desde el funcionamiento de los electrodomésticos en casa hasta el desempeño de herramientas vitales en el trabajo, el suministro eléctrico juega un papel esencial. Por esta razón, al adquirir una nueva vivienda, uno de los primeros pasos es asegurar la conexión eléctrica adecuada. Sin embargo, este proceso puede presentar desafíos si no se entienden ciertos conceptos clave.
Uno de los elementos críticos al momento de gestionar el suministro de electricidad es el Código Universal de Punto de Suministro, conocido como CUPS. Se trata de un identificador alfanumérico único que reconoce el punto de suministro eléctrico o de gas de una propiedad. Este código es indispensable para cualquier gestión con las empresas energéticas, ya sea para un nuevo alta, cambio de titularidad o ajuste en la potencia contratada. En el caso de propiedades nuevas, el CUPS es otorgado por la distribuidora al activar el suministro. Por su parte, en residencias con historial eléctrico previo, este código puede encontrarse en facturas antiguas o contactando directamente a la empresa correspondiente.
La potencia eléctrica contratada es otro factor crucial a considerar. Se refiere a la cantidad máxima de energía que se puede utilizar simultáneamente en un inmueble sin sobrecargar el sistema. Medida en kilovatios (kW), la potencia influye tanto en la capacidad de uso de los aparatos eléctricos como en el coste fijo de la factura de electricidad. Para los hogares tradicionales, una potencia entre 3,45 y 5,75 kW suele ser suficiente, mientras que los negocios pueden requerir mayores niveles de potencia.
La tensión eléctrica es otro término importante en este ámbito, relacionado estrechamente con el nivel de voltaje que se suministra. Existen dos tipos principales de tensión: la baja, utilizada comúnmente en hogares y pequeños negocios, y la alta, que es requerida por grandes industrias con elevadas demandas de energía. Antes de que se apruebe el contrato de electricidad, la red existente debe ser evaluada para asegurar que pueda respaldar la tensión solicitada.
Durante el proceso de alta eléctrica, se deben abonar ciertos derechos a la distribuidora en la primera factura. Estos incluyen los derechos de extensión, que cubren la ampliación de la red eléctrica cuando es necesaria; los derechos de acceso, que aseguran la conexión al sistema eléctrico, y los derechos de enganche, que corresponden a la conexión física del inmueble a la red.
Por otro lado, el Certificado de Instalación Eléctrica, conocido como CIE o boletín eléctrico, es un documento esencial que avala que la instalación cumple con las normativas vigentes. Es un requisito indispensable tanto para la activación de un suministro nuevo como para modificaciones significativas, como el aumento de la potencia contrata.
Conocer estos conceptos es fundamental, no solo para garantizar un servicio eléctrico eficiente y sin contratiempos, sino también para optimizar los costos y asegurar que la infraestructura eléctrica del hogar o negocio funcione dentro de parámetros seguros y legales.