El amaranto se ha destacado en la alimentación moderna como un superalimento gracias a sus numerosos beneficios para la salud, particularmente en la mejora de la digestión y la flora intestinal. Esta planta, que ha sido fundamental en las dietas de civilizaciones antiguas, ha resurgido como una fuente rica en nutrientes esenciales, incluidas proteínas, vitaminas y minerales. Su consumo regular puede contribuir a una digestión más eficiente, promoviendo un equilibrio saludable en el microbioma intestinal, lo que a su vez fortalece el sistema inmunológico y mejora la absorción de nutrientes.
Para aprovechar al máximo sus propiedades, se recomienda incorporar el amaranto en la dieta diaria de diversas maneras. Este alimento versátil puede ser consumido en forma de granos cocidos, añadido a sopas o ensaladas, e incluso transformado en harina para preparar panes y galletas nutritivas. Su facilidad de adaptación en la cocina lo convierte en una opción accesible para quienes buscan mejorar su salud digestiva de manera natural, mientras disfrutan de sus beneficios nutricionales y culinarios.
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