La limpieza de los ventiladores de techo y de pie es una tarea frecuentemente subestimada, pero crucial para asegurar un ambiente saludable y fresco en el hogar. Con el aumento de las temperaturas, garantizar que estos dispositivos estén limpios se vuelve esencial no solo para su buen funcionamiento, sino también para alargar su vida útil.
Llevar a cabo esta tarea de manera eficiente es sencillo si se sigue una guía práctica. Para comenzar, es imprescindible contar con los materiales adecuados: un trapo de microfibra, un cepillo de cerdas suaves, una aspiradora con accesorio para muebles, agua, jabón suave y, opcionalmente, un limpiador multiusos. Es fundamental desconectar los ventiladores de la corriente para prevenir accidentes durante la limpieza.
En el caso de los ventiladores de techo, el proceso se inicia quitando el polvo de las aspas con el cepillo de cerdas suaves, lo que permite que la suciedad caiga al suelo para facilitar su recogida. Luego, se recomienda pasar el trapo de microfibra humedecido con agua y jabón suave sobre las aspas, asegurándose de secarlas bien con otro trapo limpio para evitar residuos.
Para limpiar la parte superior del ventilador, donde frecuentemente se acumula polvo, es eficaz usar una aspiradora con el accesorio destinado a muebles. Esto permite remover restos sin realizar un esfuerzo físico importante.
Por otro lado, los ventiladores de pie requieren una limpieza similar, pero con algunas diferencias. Es aconsejable desmontar la rejilla frontal cuando sea posible, facilitando así el acceso a las aspas. Utilizando tanto el trapo como el cepillo, se deben limpiar las aspas y la rejilla. Al tratar con el motor, es importante evitar la aplicación directa de líquidos, prefiriendo un trapo seco o ligeramente humedecido para eliminar el polvo.
Una vez que todos los elementos estén limpios, es crucial volver a montar el ventilador, verificando que todas las piezas queden correctamente ensambladas y que los cables estén en buen estado antes de reconectar el aparato a la corriente.
El tiempo entre limpiezas dependerá del uso que se le dé al ventilador. Se sugiere realizar una limpieza profunda al menos una vez al mes, especialmente durante los meses más cálidos, cuando su uso es más frecuente.
Estas sencillas medidas no solo facilitan el mantenimiento de los ventiladores, sino que también garantizan un ambiente más agradable y mejoran el rendimiento de estos útiles aparatos, convirtiendo lo que podría ser una tarea tediosa en un proceso ágil y efectivo.