Despedirse de una mascota puede ser una experiencia dolorosa, dado el profundo vínculo emocional que generan estos fieles compañeros en nuestros corazones. En Madrid, «El Último Parque», situado en Arganda del Rey, ofrece un lugar único para honrar la memoria de más de 30.000 animales desde 1983. Este cementerio, con tres hectáreas de extensión, no solo permite a los dueños escoger diversas opciones de entierro y personalización de lápidas, sino también plantar un árbol conmemorativo junto a las cenizas. Los costos de estos servicios varían entre 300 y 6.000 euros, dependiendo de las especificaciones elegidas, como el tipo de tumba o la decoración adicional. En este contexto, el parque se convierte en un refugio tranquilo donde las familias pueden encontrar consuelo y establecer un legado perdurable para sus queridas mascotas.
El Último Parque, además de sus servicios de sepultura, también se centra en la personalización, permitiendo a las familias crear ceremonias adaptadas que incluyan fotografías o cálidas inscripciones en las tumbas. Con un ambiente sereno que invita a la reflexión, el parque fomenta un sentido de comunidad entre quienes comparten un profundo amor por los animales. Los horarios de apertura del parque varían según la temporada, asegurando un acceso adecuado durante todo el año, excepto los martes. En cuanto al proceso de duelo, enfrentarlo con autenticidad y apoyo emocional es crucial. Es importante permitir que las emociones fluyan, compartir el dolor con personas cercanas y recordar que el duelo no tiene un tiempo fijo. Además, crear un espacio especial en casa o plantar un árbol en memoria de la mascota pueden ser gestos de gratitud que faciliten la sanación emocional.
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