En un giro inesperado del caso que ha mantenido a la opinión pública en vilo, dos funcionarios que estaban involucrados en el proceso judicial fueron absueltos de todos los cargos, mientras que otros cinco acusados sorprendieron al declararse culpables de asesinato antes del inicio del juicio. La decisión judicial se hizo pública tras meses de investigaciones y especulaciones sobre la implicación de los funcionarios en el crimen que sacudió al país. Las absoluciones fueron recibidas con reacciones mixtas, generando tanto alivio como descontento entre los familiares de las víctimas y los defensores de derechos humanos.
El caso, que ha estado bajo el escrutinio internacional, ha evidenciado las tensiones en el sistema judicial y la presión sobre las autoridades para garantizar un proceso transparente y justo. Los cinco acusados que aceptaron su culpabilidad podrían enfrentar largas penas, mientras que las autoridades ahora dirigen sus esfuerzos hacia la revisión completa de las pruebas para posibles apelaciones y futuras audiencias. Este desenlace ha planteado preguntas sobre la eficacia de las investigaciones preliminares y ha motivado un debate sobre la integridad en las filas gubernamentales.
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