Una noche de alta tensión se vivió en la frontera del Tarajal, donde los agentes de seguridad enfrentaron una presión «insostenible». La situación se desbordó debido a la gran afluencia de personas intentando cruzar, lo que exigió un esfuerzo extremo por parte de las fuerzas del orden para mantener el control y garantizar la seguridad. La intensidad de la jornada dejó en evidencia la necesidad de más apoyo y recursos para gestionar este tipo de crisis fronterizas.
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