El corazón del barrio del Pilar en Madrid latió con un ritmo vibrante y colorido durante la celebración del desfile iberoamericano con motivo del Día de la Hispanidad. El concejal de Fuencarral-El Pardo, José Antonio Martínez Páramo, estuvo presente para acompañar y respaldar a las diversas entidades y grupos que dieron vida a esta tradición multicultural que cada año llena de alegría las calles de este distrito.
Iniciando su recorrido en el Centro Cultural La Vaguada, el desfile recorrió la avenida de Monforte de Lemos para culminar en el templete del parque de la Vaguada, donde decenas de espectadores se congregaron para disfrutar de una muestra rica en diversidad y tradiciones. Con música, danzas y colores que evocaban los países de origen, los grupos hispanoamericanos residentes en Madrid ofrecieron una exhibición folclórica que embelesó al público asistente.
Entre los participantes, destacaron agrupaciones que trajeron la esencia de sus tierras a las calles madrileñas. El grupo Sangre Ecuatoriana, con su vibrante demostración de ritmos ecuatorianos; la Compañía de danzas Perú Místico, deleitando con tradicionales danzas peruanas; Grupo Sentimiento Nacional, representante de la rica cultura venezolana; y Arte Colombiano, que puso a bailar al público al son de sus melodías colombianas. Todos vestidos con atuendos típicos que añadieron un toque de autenticidad y color al evento, logrando transportar a los asistentes a sus respectivos países sin necesidad de salir de Madrid.
El concejal Martínez Páramo destacó la importancia de este tipo de eventos para fomentar la unión y el respeto entre las diferentes culturas que conviven en la ciudad. “El Día de la Hispanidad no solo celebra nuestro pasado común, sino que subraya el valor de la diversidad que conforma nuestra sociedad actual. Madrid es una ciudad abierta y acogedora, y hoy lo hemos vuelto a demostrar”, expresó el edil durante la jornada.
La celebración del desfile y la muestra cultural no solo refuerzan el vínculo entre las comunidades hispanoamericanas y la capital española, sino que también ofrecen un espacio de encuentro y expresión para quienes encuentran en Madrid un segundo hogar. El barrio del Pilar se convirtió, al menos por unas horas, en un crisol de música, tradición y alegría compartida que dejó una huella inolvidable en todos los presentes.