En la región de Cartagena del Chairá, al sur de Colombia, el proyecto de reforestación comunitaria liderado por el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi) enfrenta serios desafíos tras la intervención de las disidencias de las FARC. La iniciativa, que aspiraba a reforestar 12,000 hectáreas y brindar un sustento ambiental a 4,000 familias de Caquetá, ha sido suspendida por órdenes de los grupos armados que pretenden integrar el proyecto en las negociaciones de paz con el gobierno. Alias Calarcá Córdoba y su facción han bloqueado su avance, argumentando que debe ser discutido en el marco de las negociaciones, lo que provoca malestar en las comunidades locales que han trabajado para proteger sus tierras de la deforestación impulsada por intereses ilegales.
A pesar del lanzamiento inicial que contó con el apoyo de autoridades locales y promisorios recursos económicos, la ejecución del proyecto se detiene en un clima de tensiones crecientes entre el gobierno, las comunidades campesinas, y los grupos disidentes. Estos últimos, que alguna vez promovieron la conservación, ahora están implicados en la deforestación para negocios ilícitos, revelando un cambio en sus prioridades y tácticas. Mientras el líder del Sinchi asegura que el proyecto continúa avanzando en aspectos técnicos, los habitantes del área enfrentan órdenes contradictorias que forjan un ambiente de incertidumbre y riesgos para el futuro ecológico y social de la región. La situación refleja la complejidad de impulsar proyectos ambientales en zonas bajo influencia de grupos armados y destaca los retos en las negociaciones de paz en curso.
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