Con la llegada de la temporada navideña, el tradicional frenesí de compras impulsado por ofertas y grandes descuentos vuelve a cobrar protagonismo, llevando el consumismo a niveles desmedidos. Sin embargo, este incremento en las ventas también acarrea un notable impacto ambiental, particularmente en sectores como el transporte, la logística y la industria textil, todos ellos grandes generadores de emisiones de CO₂ durante esta época.
A pesar del desenfreno consumista, una creciente conciencia medioambiental comienza a influir en las decisiones de compra de los consumidores. Estudios recientes señalan que el 67% de los compradores ahora priorizan el compromiso ambiental de las marcas al momento de elegir dónde gastar su dinero. Meritxell Hernández, CEO de Roll’eat, una empresa dedicada a la producción de envoltorios reutilizables, subraya la creciente importancia de este cambio. Según Hernández, los consumidores no solo buscan calidad, sino también un firme compromiso social y ambiental por parte de las empresas.
En respuesta a esta demanda, ha emergido el movimiento «Green Friday», que promueve un consumo más responsable durante las ofertas navideñas. En contraste con el consumismo desenfrenado del «Black Friday», el «Green Friday» invita a reflexionar sobre las decisiones de compra, priorizando aquellos productos sostenibles y de comercio justo.
Meritxell Hernández señala que la intencionalidad del «Green Friday» no es la de prohibir el consumo sino de fomentar una elección de productos conscientes y significativos. La elección de productos sostenibles se presenta no solo como una medida para satisfacer necesidades personales, sino también como un compromiso con la protección del planeta.
Lo que en un principio se percibía como una estrategia de marketing o una moda, la sostenibilidad se está consolidando como un pilar central en las políticas corporativas. Marcas que defienden un propósito claro están logrando influir y redefinir los hábitos de consumo. Hernández afirma que la conexión emocional de los consumidores con estas marcas trasciende el mero producto, enfocándose en los valores que estas representan.
El ascenso del «Green Friday» no solo refleja un aumento en el interés por el consumo consciente, sino también una mayor disposición de los consumidores a reducir su impacto ambiental, alineando sus hábitos de compra con sus principios personales. Para empresas como Roll’eat, este fenómeno podría ser solo el inicio de un cambio mayor hacia prácticas de consumo más sostenibles. Hernández concluye que es tiempo de reconsiderar nuestros hábitos de compra, buscando un beneficio conjunto para la sociedad y el planeta.