Este miércoles, una explosión en el Internado Nacional Barros Arana (INBA) de Santiago de Chile dejó al menos 30 estudiantes heridos, de los cuales cuatro se encuentran en riesgo vital. El coronel Fernando Albornoz indicó que el accidente ocurrió mientras los alumnos manipulaban artefactos explosivos caseros en el baño del establecimiento en preparación para disturbios en la vía pública. La ministra del Interior, Carolina Tohá, calificó el incidente como una “tragedia” y enfatizó la peligrosidad de las bombas molotov como herramientas de protesta. El ministro de Educación, Nicolás Cataldo, afirmó que un suceso de esta magnitud no tiene precedentes en el sistema educativo chileno.
La situación de los heridos ha sido manejada con todos los recursos disponibles. La ministra de Salud, Ximena Aguilera, detalló que hay 17 pacientes en estado grave, y se está proporcionando atención de acuerdo a la gravedad de las lesiones, incluyendo posibles transferencias a establecimientos más especializados si es necesario. La fiscal Macarena Cañas, por su parte, resaltó la importancia de investigar cómo entraron estos materiales al colegio y si los docentes tenían conocimiento de su presencia. Además, el delegado presidencial de la Región Metropolitana, Gonzalo Durán, anunció una querella para identificar a los responsables, subrayando la necesidad de esclarecer si hubo participación de terceros externos al ámbito estudiantil en este ataque.
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