Yolanda Díaz, ministra de Trabajo de España, ha iniciado los trabajos para incrementar el salario mínimo interprofesional (SMI) de 2025, asegurando que este aumento no será menor al 2.8%, reflejando la media de inflación prevista para 2024. Bajo el gobierno de Pedro Sánchez, el SMI ha experimentado un incremento del 54%, situándose actualmente en 1.134 euros brutos por 14 pagas, tras el reciente aumento del 5% decretado para 2024. Sin embargo, las organizaciones de empresarios han expresado su preocupación por las repercusiones económicas de estos incrementos, particularmente en pequeñas empresas y entre autónomos con empleados a cargo. Pese a la falta de acuerdo con la patronal, se anticipa un entendimiento entre Díaz y los sindicatos UGT y CCOO para concretar esta nueva alza salarial.
Un reciente estudio sobre el impacto del incremento del SMI en Italia ofrece un contrapunto crítico a la medida, sugiriendo que favorecería a grandes multinacionales a expensas de las pequeñas y medianas empresas (pymes). El análisis, elaborado por Salvatore Lo Bello del Banco de Italia y Lorenzo Pesaresi de la Universidad de Zúrich, apunta que un SMI más elevado provocaría despidos en empresas de baja productividad, empujando a los trabajadores hacia compañías de mayor tamaño y rentabilidad. El estudio alerta que este fenómeno podría incrementar la cuota de mercado y los márgenes de las grandes empresas, al tiempo que los sectores con menor capacidad económica, como el de cuidadores familiares y el agrícola, podrían enfrentar retos mayores en su operativa diaria, debido a la salida de trabajadores del sistema de Seguridad Social impulsada por ajustes salariales.
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