A las 18.59, durante uno de los recesos programados, se solicitó incluir un mensaje específico en el aviso a la población, aunque este no se lanzó hasta las 20.11 horas. Esta decisión se produjo en un contexto de intensas discusiones sobre la manera más efectiva de comunicar a la ciudadanía, dado que las condiciones climáticas de la región se preveían complicadas. La medida buscaba garantizar que la información crítica llegara a tiempo y de manera clara, pese a la demora en su emisión.
En paralelo, se destacó la petición de establecer comunicación inmediata con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo, a pesar de cierta resistencia inicial a involucrarlo directamente. Este paso reflejó la necesidad de coordinar esfuerzos entre diferentes autoridades para enfrentar los desafíos que se avecinaban. La colaboración interinstitucional se volvió esencial para gestionar de manera eficaz cualquier eventualidad que pudiera presentarse ante el panorama climático incierto.
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