El consejero delegado de una destacada entidad financiera ha enfatizado la necesidad de establecer un marco de «seguridad jurídica» y fomentar la colaboración entre las administraciones públicas y las empresas privadas. Esta solicitud surge en un contexto en el que el sector bancario enfrenta desafíos regulatorios y fiscales que, según el ejecutivo, podrían poner en riesgo la estabilidad y el crecimiento económico. La incertidumbre regulatoria, especialmente en materia impositiva, es vista como un obstáculo que podría afectar negativamente las inversiones y la planificación a largo plazo de las entidades financieras.
Ante esta situación, la entidad ha decidido recurrir ante los tribunales el impuesto a la banca previsto para 2024, estimando que dicho gravamen podría alcanzar los 600 millones de euros este año. La medida judicial refleja la preocupación del sector por el impacto económico de esta carga fiscal, que consideran excesiva en el actual contexto económico. La acción legal busca revertir o mitigar los efectos de este impuesto, en línea con las demandas del consejero delegado por un entorno más predecible y favorable para los negocios.
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