Los gobiernos central y autonómico han anunciado la creación de una nueva sociedad encargada de la gestión de la red de Cercanías. Ambas partes aseguran que esta medida no afectará los derechos laborales de los actuales empleados de Renfe. El acuerdo, que busca mejorar la eficiencia del servicio y adaptarse a las necesidades regionales, ha sido presentado como un paso importante en la modernización del transporte público.
El ejecutivo subrayó que los trabajadores conservarán sus condiciones laborales actuales, lo que incluye estabilidad en el empleo y sus beneficios adquiridos. La nueva entidad estará orientada a optimizar operaciones y ofrecer un servicio más eficaz a los pasajeros, adecuándose a los desafíos de movilidad contemporáneos. Esta iniciativa se enmarca en un esfuerzo más amplio por proporcionar un transporte público más integrado y sostenible.
Leer noticia completa en El Mundo.