En una reciente entrevista, el ex presidente del Gobierno ha manifestado su firme oposición a votar al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en las próximas elecciones. La razón de su desacuerdo se centra en la propuesta de la Ley de Amnistía que el actual gobierno pretende implementar. Según sus declaraciones, considera que la ley es una «barrabasada» y critica duramente las implicaciones que tendría en el sistema judicial y político del país. Este posicionamiento refleja una ruptura significativa con su pasado alineamiento político y destaca su preocupación por la dirección que está tomando el partido al que anteriormente apoyó.
La Ley de Amnistía ha generado un amplio debate en el ámbito político, con posiciones enfrentadas tanto dentro como fuera del PSOE. Mientras algunos sectores la defienden como una medida necesaria para fomentar la reconciliación y cerrar heridas históricas, otros la consideran un paso atrás que podría socavar la confianza pública en las instituciones democráticas. Las críticas del ex presidente resuenan en un contexto de polarización política, subrayando las fracturas internas y los desafíos que enfrentan las principales formaciones de España de cara a los próximos comicios. La postura del ex mandatario, además, podría influir en el electorado, afectando potencialmente el resultado electoral para el PSOE.
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