En una reciente entrevista, se ha abordado con profundidad la situación actual de las nuevas generaciones europeas, centrándose particularmente en los principales retos y demandas que enfrentan. Los jóvenes europeos manifiestan una gran preocupación por el cambio climático, exigiendo políticas más estrictas y sostenibles que garanticen un futuro mejor para las próximas generaciones. Además, la inestabilidad económica, caracterizada por un mercado laboral volátil y oportunidades laborales limitadas, incrementa su incertidumbre. Esto ha generado una demanda cada vez mayor por reformas educativas que no solo se enfoquen en la formación académica, sino también en habilidades prácticas que mejoren su empleabilidad.
Por otro lado, las generaciones jóvenes también luchan por una mayor representación y participación en la toma de decisiones políticas. La falta de confianza en las instituciones tradicionales ha dado lugar a un aumento en el activismo digital, a través del cual buscan dar voz a sus inquietudes. En este contexto, la salud mental ha emergido como un problema crítico, exacerbado por la presión económica y social. Los entrevistados subrayan la necesidad de un mayor acceso a recursos psicológicos y de bienestar, lo cual consideran esencial para afrontar los desafíos de una sociedad en constante cambio.
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