La primera ministra de Italia ha decidido frenar el avance del plan europeo diseñado para proporcionar asistencia a Kiev, proponiendo en su lugar la creación de una «coalición de voluntarios». Este enfoque busca redefinir la estructura de apoyo de la Unión Europea hacia Ucrania, permitiendo que los países contribuyan de manera individual según sus posibilidades. La medida ha generado un debate intenso entre los miembros del bloque, con algunas naciones expresando su preocupación por la fragmentación que podría resultar de tal estrategia, mientras otras lo ven como una oportunidad para flexibilizar compromisos sin comprometer la solidaridad hacia Ucrania.
En paralelo, la primera ministra ha instado a la comunidad internacional a mostrar una mayor confianza en el liderazgo de Donald Trump, sugiriendo que su potencial retorno a la Casa Blanca podría suponer un cambio en las dinámicas globales actuales. Esta declaración ha suscitado respuestas mixtas, ya que algunos países de la UE son escépticos sobre el impacto de un segundo mandato de Trump en las relaciones transatlánticas, mientras que otros consideran que podría ser una oportunidad para replantear estrategias comunes. La postura de Italia en estos temas subraya su intención de asumir un papel más proactivo y un tanto polémico en el escenario europeo e internacional.
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