Rebeca Andrade, la gimnasta brasileña, aún se emociona al recordar su victoria en el ejercicio de suelo en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde compartió el podio con Simone Biles y Jordan Chiles, dos íconos de la gimnasia estadounidense. El momento, en el que las tres atletas, todas mujeres negras de distintas procedencias, celebraron en la pirámide de Bercy, es descrito por Andrade como un instante histórico. En sus propias palabras, no se considera una persona propensa al llanto, pero la magnitud del evento la conmovió profundamente, marcando un cambio significativo en su carrera y en la percepción de la diversidad en el deporte. Este reconocimiento a su logro en París se enmarca dentro de su viaje a Madrid, donde recibirá un premio Laureus, compartiendo escenario con titanes del deporte como Mondo Duplantis, el pertiguista sueco.
Durante el evento, Nadia Comaneci, la legendaria gimnasta que cambió la historia de su disciplina con puntuaciones perfectas en Montreal 76, expresó su admiración por Andrade, recordando haber conocido a la brasileña cuando esta tenía apenas 10 años. Andrade se mostró visiblemente emocionada y expresó su aprecio por Comaneci y Biles, dos figuras que han influido en su trayecto deportivo. Refiriéndose a la valentía mostrada por Biles al retirarse parcialmente en Tokio 2021 por problemas de salud mental, Andrade la describe como una «guerrera». El relato desvela no solo el impacto de sus triunfos deportivos sino también el poder de la resiliencia personal, destacando cómo Biles y Andrade continúan inspirándose mutuamente, con el firme deseo de seguir compitiendo juntas y elevando el nivel de la gimnasia internacional. El evento cerró con un momento de camaradería y admiración entre los deportistas, con Mondo Duplantis capturando un selfi con las gimnastas, y Comaneci sugiriendo convertir la reverencia de Andrade a Biles en una tendencia de podio.
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