La situación en el colegio Miguel de Cervantes de Getafe ha generado una fuerte polémica debido a la falta de instalaciones adecuadas para los estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Según informó el Ayuntamiento de Getafe, los alumnos comenzarán el curso teniendo clases al aire libre, en el patio, debido a que los barracones destinados a ser aulas todavía no han sido recepcionados, y el mobiliario necesario no ha sido instalado.
Ángeles García, concejal de Educación, expresó su descontento con la situación: “Que los adolescentes sean ubicados en barracones ya es un esperpento que no es digno de la educación pública madrileña, pero además, que se les obligue a recibir sus clases en el patio, es más propio de un sistema educativo sin recursos”.
El retraso en la construcción de un nuevo instituto en el barrio de Los Molinos, que lleva ya más de cinco años de demoras, ha empujado a las autoridades educativas a recurrir a esta solución temporal. No obstante, el colegio aún no tenía previsto cuándo se podría completar el montaje de los barracones y del mobiliario necesario.
El malestar se ha intensificado pues se prevé la división de aulas mediante paneles móviles para atender a varias clases simultáneamente en el mismo espacio, incluyendo el uso del gimnasio. Además, el Ayuntamiento de Getafe ha solicitado el uso de pistas municipales debido a la falta de espacio.
La problemática se extiende a casi 400 familias, que se ven obligadas a salir del barrio diariamente, exasperadas por la lentitud en la creación de nuevas instalaciones educativas.
En otros puntos de Getafe, la situación no es mucho mejor. En el IES Elisa Soriano, en el barrio de El Bercial, los estudiantes continúan compartiendo el espacio con barracones y obras inconclusas. Las promesas de soluciones temporales parecen convertirse en permanentes, afectando la experiencia educativa de cientos de jóvenes.
Asimismo, el Centro de Educación Especial Santiago Ramón y Cajal enfrenta problemas de espacio tras la incorporación de nuevos estudiantes, sin una respuesta adecuada de la Consejería de Educación, lo que ha llevado a la necesidad de dividir las aulas actuales.
Este panorama educativo refleja un desafío significativo para las autoridades locales, que buscan soluciones urgentes mientras crece la preocupación entre padres y comunidad educativa por las condiciones en que se desarrollarán las clases.