La escultora Gerta Gruber, oriunda de Bratislava, encontró un hogar en México desde 1975, instalándose en Mérida, Yucatán, donde ha dedicado su vida a la creación artística con barro y al cultivo de árboles frutales y medicinales. Ahora, a sus 85 años, presenta una retrospectiva de su trabajo en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), titulada «Entre verde y agua». La muestra, curada junto a Daniela Pérez, reúne 113 esculturas y 30 dibujos realizados a lo largo de cinco décadas. Gruber describe su proceso creativo como un acto de amor, donde las emociones fluyen hasta concluir cada pieza. La elección del color gris para las paredes de la exhibición refleja su deseo de proteger y resaltar sus obras, en un espacio que se asemeja a un búnker personal.
Además de su legado artístico, Gruber ha contribuido al bienestar social y ambiental mediante proyectos como la plantación de árboles en escuelas públicas, creando espacios de sombra y protección para los estudiantes. Este compromiso con la naturaleza y la comunidad es una extensión de su propia búsqueda de refugio y seguridad, un tema recurrente en su obra desde su infancia marcada por la Segunda Guerra Mundial. Consciente del impacto de sus acciones, Gruber sigue impulsando la interacción humana con el entorno a través del arte, enfatizando la importancia de preservar y reconstruir. En marzo de 2026, su exposición viajará al Museo de Arte Moderno de Ciudad de México, continuando su diálogo artístico y social.
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