Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México, ha estado encarcelado en Estados Unidos durante casi cinco años, enfrentando cargos de tráfico de drogas y colaboración con el Cartel de Sinaloa. Durante su estancia en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, García Luna ha adoptado el rol de un interno modelo, ganando admiración por su comportamiento ejemplar y por ofrecer tutorías a otros reclusos para obtener su diploma de secundaria. Sin embargo, para la fiscalía, García Luna es responsable de un esquema de corrupción y amenazas, exigiendo que sea condenado a cadena perpetua. Este miércoles, un juez de Nueva York decidirá su destino, en un caso que ha conmocionado tanto en México como en Estados Unidos, donde permanece tras ser declarado culpable el pasado febrero.
Desde su arresto en diciembre de 2019, García Luna ha permanecido en ambientes carcelarios considerados infrahumanos, alternando entre el «hoyo» de máxima seguridad y la población general del MDC Brooklyn. Aunque ha mantenido su inocencia a través de cartas y declaraciones, las autoridades han presentado pruebas de intentos de soborno y manipulación dentro de la prisión, complicando su defensa que busca la pena mínima de 20 años. Entre estrategias de enseñanza y acusaciones de corrupción, el exfuncionario verá decidido su destino ante el mismo juez que sentenció al narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán, previniendo que una condena severa podría mar por completo el legado de quien fuera un pilar en la lucha antidrogas de México.
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