La comprensión lectora de los estudiantes españoles ha mostrado un deterioro en las evaluaciones internacionales recientes. Según el Informe PISA, los adolescentes de 15 años tienen peores resultados que en 2009, y el estudio PIRLS refleja un retroceso en los niños de 10 años respecto a 2016. Gemma Lluch, catedrática de Filología de la Universidad de Valencia, en colaboración con otros investigadores, ha documentado en un libro las preferencias literarias de los jóvenes, explorando la influencia de los «book influencers» en sus elecciones de lectura. Estos influenciadores promueven un tipo de literatura donde predominan la ficción narrativa y la fantasía, muchas veces traducida del inglés, que se repite de forma cíclica entre los adolescentes.
El estudio también resalta el contraste entre los libros que los adolescentes buscan directamente en las bibliotecas y aquellos que leen en espacios mediados por bibliotecarios o docentes, como los clubes de lectura. Estos clubes introducen a los jóvenes a diferentes géneros y literaturas de diversas culturas, promoviendo una lectura más variada y enriquecedora. Además, la investigación sugiere que aunque los estudiantes muestran un creciente desinterés por la ficción clásica, esta podría fomentar actitudes prosociales, como la empatía, que no se fomentan tanto con las lecturas más contemporáneas y populares. La obra de Lluch subraya la necesidad de diversificar las lecturas en el ámbito educativo, equilibrando el interés por las obras populares con la riqueza cultural y el beneficio personal que ofrecen los clásicos.
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