En medio del conflicto que asola Gaza, la vida sigue adelante aunque las condiciones para traerla al mundo se vuelven cada vez más precarias. Yasmeen, una comadrona de la región, vivió de primera mano el impacto de esta crisis cuando se vio obligada a dar a luz sin asistencia médica. A las cuatro de la mañana, el parto la sorprendió sin ayuda disponible; su esposo intentó conseguir asistencia, pero sin ambulancias ni médicos accesibles, no le quedó más alternativa que enfrentar el desafío en su hogar.
Yasmeen, quien trabajaba en el departamento de maternidad del hospital Al-Shifa —gravemente dañado por los ataques— se encontró sola, asistida solo por sus hijos. Sin analgésicos y sobre un colchón improvisado, logró dar a luz y cortar el cordón umbilical con un cuchillo calentado al fuego. Su experiencia refleja una realidad alarmante: la atención obstétrica en Gaza es cada vez más inaccesible, con solo 15 centros de salud operando en condiciones mínimas y saturados por la demanda.
La falta de recursos médicos y la inseguridad constante dejan a muchas futuras madres en situaciones críticas. Las muertes maternas y neonatales se han convertido en noticias comunes, como el caso devastador relatado por Sahar, otra comadrona, donde una mujer no sobrevivió una hemorragia posparto por falta de atención médica adecuada.
El panorama es sombrío. Según el UNFPA, unas 55,000 mujeres embarazadas enfrentan no solo el conflicto, sino también severas condiciones de hambre y desnutrición. A diario, unos 130 bebés nacen bajo este estado de emergencia, lo que aumenta el riesgo de complicaciones y mortalidad.
El doctor Ahmed, responsable del Departamento de Salud Pediátrica y Materna, advierte sobre la inminente crisis de salud, con hospitales recibiendo tres veces más pacientes de lo habitual y escasez de insumos críticos. Ante este desbordamiento, el UNFPA intenta cubrir la brecha operando en centros temporales, pero la situación requiere una respuesta humanitaria urgente.
Sin acciones efectivas, el sistema de salud en Gaza podría sucumbir, dejando a miles de mujeres y niños sin la atención médica vital. La comunidad internacional enfrenta el desafío de intervenir antes de que sea demasiado tarde.