Israel ha intensificado su ofensiva en la Franja de Gaza, resultando en la muerte de al menos 125 personas, según fuentes médicas citadas por el diario Haaretz. Los bombardeos, incluidos ataques aéreos y de artillería, han impactado gravemente en áreas como Yabalia y Beit Lahia al norte, además de Deir al Balah, Jan Yunis y Al Mawasi en el sur. Un ataque especialmente letal en el campamento de Al Mawasi dejó al menos 34 muertos y dañó instalaciones vitales como el hospital Kuwaití. La ofensiva, denominada Operación Carros de Gedeón, busca tomar y retener nuevas áreas del enclave, incrementando la crisis humanitaria con bloqueos a la entrada de ayuda esencial, lo que ha empujado a la población hacia la malnutrición y empeorado las condiciones del sistema sanitario ya debilitado.
En medio de esta situación, 300,000 personas han sido desplazadas, mientras continúan estancadas las negociaciones de paz en Doha entre delegaciones de Israel y Hamás. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha mencionado un “marco para poner fin a la guerra”, que incluye la liberación de rehenes y la desmilitarización de la Franja, aunque sigue defendiendo la necesidad de una «victoria total» sobre Hamás. Por su parte, las autoridades del gobierno de Gaza denuncian los ataques como “masacres sistemáticas”, y la situación se agrava con el cierre de hospitales por los continuos bombardeos. La comunidad internacional observa con creciente preocupación, mientras las víctimas desde el inicio del conflicto superan las 53,300, en su mayoría mujeres y niños.
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