En un partido lleno de contrastes, el Barcelona logró su avance a las semifinales de la Champions League, pero no sin enfrentar una notable resistencia en el Signal Iduna Park. A pesar de una derrota por 3-1 ante el Borussia Dortmund, los culés habían asegurado previamente una ventaja en el Camp Nou con un contundente 4-0. Sin embargo, el ambiente efervescente del estadio alemán y la presión del público local complicaron el trámite para el equipo dirigido por Hansi Flick. Jules Koundé expresó su decepción tras el encuentro, destacando la falta de agresividad y concentración que permitió al Borussia remontar parcialmente. Ante la aparente tristeza del vestuario, Flick instó a su equipo a celebrar el avance a la siguiente fase, recordando que alcanzan las semifinales después de seis años.
El enfrentamiento, que comenzó con incertidumbre, reveló problemas tácticos para el Barça, especialmente en la gestión del mediocampo. La ausencia de Pedri en el inicio se notó, siendo su ingreso al minuto 60 clave para aportar control al juego, aunque insuficiente para evitar la preocupación por la remontada que perseguía a los azulgrana. Gavi, quien fue titular en lugar de Pedri, mostró destellos pero no logró estabilizar el equipo como se esperaba. Además, figuras como Lewandowski y Lamine Yamal no tuvieron el impacto acostumbrado, en parte por la presión del Dortmund, que rescató su motivación con la brillante actuación de Guirassy. Aunque el Barça no jugó su mejor fútbol, logró el objetivo de avanzar, un aliciente en su objetivo de recuperar protagonismo en Europa.
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