Las redes sociales se han inundado de videos que muestran a gatos disfrutando de la simple experiencia de estar sobre una losa de hormigón. Los felinos parecen experimentar una felicidad absoluta, revolcándose y olfateando el material como si fuera un tesoro. Este fenómeno ha llevado a muchos dueños de gatos a visitar ferreterías en busca de su propia baldosa, intrigados por la intensa reacción de sus mascotas. Aunque no se han realizado estudios específicos sobre este comportamiento, expertos sugieren que es una respuesta a factores instintivos, ya que no todos los gatos muestran el mismo interés por el hormigón.
La textura rugosa de la losa podría ser placentera para los gatos, brindándoles un lugar para rascarse y frotarse, activando zonas de difícil acceso y ayudándoles a marcar su territorio. Además, su forma rectangular puede recordarles a las cajas, que les proporcionan seguridad. Otros elementos como el olor y la temperatura del material también juegan un papel relevante en su atractivo. Estas baldosas no solo son un elemento de curiosidad, sino que estimulan los sentidos de los gatos, promoviendo un comportamiento saludable. Los expertos sugieren que introducir nuevos objetos y texturas en su entorno es fundamental para el bienestar de los felinos.
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