En un entorno económico marcado por la incertidumbre de la política arancelaria de Estados Unidos bajo la administración Trump, la firma de moda Gap enfrenta un desafío financiero significativo. La compañía ha alertado sobre un posible impacto de hasta 300 millones de dólares debido a los altos aranceles aplicados a las importaciones, principalmente desde China. Aunque Gap ha implementado estrategias para mitigar más de la mitad de este costo incremental, la afectación neta restante se estima entre 100 y 150 millones de dólares en su resultado operativo del ejercicio fiscal 2025. Los resultados decepcionantes y el contexto internacional desfavorable provocaron una caída del 15% en sus acciones fuera del horario de la Bolsa. A pesar de estos obstáculos, Gap registró un aumento del 2,2% en las ventas durante el primer trimestre y un incremento del 22% en el beneficio neto, alcanzando 193 millones de dólares.
Sin embargo, estos resultados financieros no han logrado calmar las preocupaciones de los inversores. La compañía sufrió una quema de caja operativa de 140 millones de dólares debido a «la estacionalidad», en contraste con el flujo de caja positivo del mismo período del año anterior. Además, las ventas de sus marcas Banana Republic y Athleta experimentaron caídas del 3% y 6%, respectivamente. Por el contrario, Gap y Old Navy, sus dos principales marcas, mostraron un desempeño más positivo, con incrementos en ventas del 5% y 3%. A pesar del desafío que representan los aranceles y otras variables económicas, el presidente y CEO de Gap, Richard Dickson, se mantiene optimista, afirmando que los esfuerzos de revitalización de la marca están mostrando resultados favorables, preparando a la compañía para un crecimiento sostenido a largo plazo.
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