Una pareja británica ganadora de 22 millones de libras en el sorteo de Euromillones se enfrentó a semanas de incertidumbre para reclamar su premio debido a las leyes francesas de lotería. Durante unas vacaciones en Bagnères-de-Bigorre, Francia, la pareja descubrió que no podían cobrar el boleto de inmediato y tuvieron que resguardarlo de manera creativa, llevándolo incluso a la cama y a la playa. Después de semanas de tensión, finalmente lograron cobrar el premio el 7 de agosto, expresando su alegría por poder ayudar a sus familias y disfrutar de su nueva fortuna.
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