En una tensa Sesión de Control en el Congreso, el intercambio de acusaciones de corrupción entre Juan Bravo, Vicesecretario económico del Partido Popular, y María Jesús Montero, Vicepresidenta primera y Ministra de Hacienda, capturó la atención de la Cámara. Bravo comenzó su intervención sosteniendo que Montero parece estar rodeada de escándalos cada vez que participa en un gobierno, sugiriendo que esto podría no ser mera coincidencia. Specificó casos como el «rescate de las líneas aéreas» y «la compra de las mascarillas», insinuando que Montero estaba involucrada ya sea por ejecución directa o negligencia. Bravo exigió que Montero dimitiera, argumentando que su permanencia implicaría la aceptación de un gobierno corrupto.
Montero, en su defensa, rechazó categóricamente las acusaciones de Bravo y contraatacó refiriéndose a supuestas irregularidades fiscales que implicarían a Bravo y a otros miembros del Partido Popular, como el ex presidente de la Comunidad de Madrid. Insinuó que Bravo no cumplió con sus responsabilidades cuando ocupaba el cargo de consejero de Hacienda, haciendo alusión al escándalo de los ERE y cuestionando la deducibilidad de ciertos gastos personales como empresariales. Montero concluyó instando a Bravo a centrarse en sus deberes, dejando así un eco de tensión en la sala que parece anticipar más enfrentamientos en el ámbito parlamentario.
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