El lanzamiento de la nueva edición de «Operación Triunfo» estuvo marcado por desafíos técnicos y emociones encontradas. La presentación, encabezada por Chenoa, hizo referencia a la reciente victoria de Aitana Bonmatí en los Balones de Oro, un reflejo de la conexión entre el mundo deportivo y el espectáculo. A pesar de los problemas de sonido persistentes, los concursantes mostraron un nivel de preparación notable, lo que ha provocado críticas en redes sociales por su falta de «calle». El evento, abierto con «Yo quiero bailar» de Sonia y Selena, ofreció actuaciones en dúo para evaluar la química entre participantes, destacando algunos problemas técnicos que afectaron las nominaciones.
La dinámica del programa se ve influenciada por cambios en el jurado y la falta de personajes icónicos de ediciones anteriores como Buika, lo que afecta la narrativa televisiva. Sin embargo, la empatía y camaradería son los nuevos ejes del show, pese a que las nominaciones generan tensiones. Miriam, exconcursante, se perfila como una pieza clave en la conducción, mientras que el reparto internacional del programa promete diversificar el repertorio. A la par, se señala la necesidad de la televisión pública de ajustar horarios para mejorar la experiencia de los espectadores, tomando referencias como el prolongado «MasterChef».
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