Gabriel de la Mora, destacado artista mexicano nacido en Ciudad de México en 1968, examina la dualidad y la percepción de la realidad a través de su arte, influenciado por su dislexia. En su última exposición, «La petite mort», en el Museo Jumex, De la Mora desafía la noción de muerte como un final, proponiéndola como un nuevo comienzo. Su obra, que abarca más de dos décadas, utiliza técnicas y materiales diversos, incluyendo impresiones en 3D de cráneos familiares, cerámica rota, y fragmentos simbólicos como obsidiana y post-its. La exposición busca explorar la conexión entre el placer estético y erótico, inspirada en conceptos como el «placer del texto» de Roland Barthes. El curador Tobias Ostrander resalta el objetivo de abrir un diálogo sobre las obsesiones detrás de la obra.
Paralelamente, el Museo Jumex presenta la obra de la francesa Elsa-Louise Manceaux, quien explora la pintura como un medio de comunicación contemporáneo. Manceaux incorpora mensajes de texto y audios reales en sus «radio-pinturas», cuestionando la contemporaneidad de la pintura y su rol en la era digital. La artista utiliza este espacio para reflexionar sobre lo cotidiano, valorando el tono y la calidez de las interacciones personales a través de un lenguaje visual y sonoro. Con su trabajo, Manceaux desafía las fronteras entre lo informativo y lo emocional, así como entre lo público y lo privado, dejando al espectador con preguntas sobre la actualidad y relevancia del arte en el contexto moderno.
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