En un esfuerzo colaborativo, el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y el Ministerio de Sanidad, junto con otros investigadores europeos, han publicado un estudio crucial en la Red de Vigilancia Respiratoria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa. Este análisis, recientemente divulgado en la revista The Lancet Respiratory Medicine, cuantifica el impacto directo de la vacunación contra la COVID-19 en la prevención de muertes en adultos.
Desde la introducción de las vacunas en diciembre de 2020 hasta marzo de 2023, el estudio concluye que al menos un 59% de las muertes provocadas por la pandemia se han evitado gracias a la inmunización, lo que se traduce en más de 1,6 millones de vidas salvadas en la Región Europea de la OMS. Sin la acción del programa de vacunas, el número de fallecidos, actualmente en 2,2 millones en Europa, podría haber alcanzado los 4 millones.
En particular, el trabajo destaca que la mayoría de las vidas salvadas corresponden a personas de 60 años o más, el grupo demográfico más vulnerable a cuadros graves y fatales de la infección por SARS-CoV-2. Margaux Meslé, autora principal del estudio y miembro de la Oficina Regional de la OMS para Europa, subraya la eficacia de las vacunas: “Los resultados son claros: la vacunación contra la COVID-19 salva vidas. Nuestros hallazgos nos recuerdan el papel integral que desempeñan las vacunas para garantizar que las personas vuelvan a una vida similar a la que tenían antes de la pandemia en toda la Región, en el trabajo y el ocio. Sin el enorme esfuerzo de vacunación, habríamos visto muchos más medios de vida afectados y familias perdiendo a los más vulnerables”.
La investigación también pone de relieve que los países que implementaron programas de vacunación temprana y que abarcaban a una gran proporción de la población lograron el mayor beneficio en términos de vidas salvadas. Estos hallazgos respaldan la importancia de las campañas de comunicación para promover la vacunación contra la COVID-19, especialmente antes de los períodos de posible aumento de la transmisión del virus, asegurando que los grupos vulnerables se mantengan al día con sus calendarios de vacunación.
El estudio confirma que recibir una vacuna actualizada contra la COVID-19 sigue siendo una herramienta extremadamente efectiva para reducir tanto las hospitalizaciones como las muertes en personas de alto riesgo. Esto es particularmente relevante para personas mayores, inmunocomprometidas, con múltiples afecciones médicas, mujeres embarazadas y personal de salud, quienes tienen una mayor probabilidad de exposición y complicaciones graves.
En resumen, esta investigación refuerza la necesidad de continuar las campañas de vacunación y las estrategias de comunicación para mantener y aumentar la cobertura vacunal, crucial para salvar vidas y mitigar el impacto de la COVID-19 en la población europea.
Fuente: Ministerio de Sanidad