Madrid, 1 de octubre de 2024.- Los cambios sociodemográficos han propiciado un progresivo envejecimiento de la población en España, lo que conlleva un aumento significativo en las necesidades y demandas de servicios sanitarios y de cuidados. En respuesta a esto, el Ministerio de Sanidad se encuentra en proceso de actualización del plan de prevención de caídas en personas mayores, una iniciativa que comenzó en el año 2014.
En el país, las mujeres tienen una esperanza de vida media de 88 años mientras que los hombres alcanzan los 83,9. Sin embargo, a partir de los 65 años, solo aproximadamente la mitad de ese tiempo se vive con buena salud: 10,3 años en el caso de las mujeres y 10,7 para los hombres. Esta diferencia entre la esperanza de vida total y la de vida saludable plantea un desafío significativo para el sistema sanitario, que debe adaptarse para atender de manera eficaz a una población envejecida con crecientes necesidades de atención médica y cuidados específicos.
Con el objetivo de no sobrecargar los sistemas sanitarios, el Ministerio de Sanidad está enfocado en reforzar las estrategias de promoción de la salud y prevención. En particular, se está revisando y actualizando el plan de prevención de caídas en personas mayores, el cual está diseñado para identificar a individuos mayores de 70 años en riesgo y ofrecerles la ayuda necesaria para prevenir posibles lesiones. Este enfoque incluye tanto el ámbito sanitario como otras áreas de la comunidad, con derivaciones al sistema sanitario cuando sea necesario.
El trabajo del Ministerio se centra en agregar vida a los años, promoviendo un envejecimiento saludable con una perspectiva de curso de vida y equidad. Esto se enmarca dentro de la Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención del Sistema Nacional de Salud. Una de las claves para lograrlo es seguir la «Hoja de ruta para el abordaje de la fragilidad», aprobada en 2019, que busca reducir las desigualdades relacionadas con la edad y combatir el edadismo. El objetivo final es que todas las personas puedan envejecer con dignidad y disfrutar de una buena calidad de vida.
En esta línea, se elaboró la ‘Actualización del documento de consenso sobre prevención de la fragilidad en la persona mayor (2022)’, aprobada por la Comisión de Salud Pública el 5 de mayo de 2022, que tiene como meta mantener la capacidad funcional de las personas mayores al máximo de su potencial.
Estudios recientes revelan que el 18% de las personas mayores de 65 años padecen fragilidad, con una prevalencia del 12% en la comunidad y hasta del 45% en hospitales o residencias. A medida que se avanza en edad, esta cifra aumenta: entre un 2,5% y un 6% en personas de 70 a 75 años, y hasta un 38% en mayores de 85 años. Sin embargo, la fragilidad no es inevitable y puede ser prevenible, identificada a tiempo y, en muchos casos, reversible.
El impacto de la fragilidad se extiende más allá de la salud individual, pues las personas frágiles demandan más atención médica y social, lo que representa un coste considerable para el sistema sanitario. Se estima que el coste anual por persona con fragilidad asciende a 2.500 euros, el doble del coste de una persona mayor sin fragilidad. Por tanto, abordar la fragilidad es vital no solo para mejorar la calidad de vida de las personas mayores, sino también para asegurar la sostenibilidad del sistema de salud.
Para profundizar en estos desafíos, el Ministerio de Sanidad celebrará este jueves, 4 de octubre, la jornada titulada «El derecho a la salud de las personas mayores en residencias». El evento contará con la participación de la ministra de Sanidad, Mónica García, y de Pablo Bustinduy, ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030.
Esta es la segunda de una serie de jornadas dedicadas al envejecimiento y la salud, organizadas conjuntamente por ambos ministerios. Su objetivo es visibilizar los retos en materia de envejecimiento saludable y plantear soluciones en colaboración con diversos agentes implicados en este ámbito.
Fuente: Ministerio de Sanidad