Israel sufrió un ataque masivo con misiles por parte de Hezbolá, lanzados desde el Líbano, sin reportes de víctimas, ya que la mayoría fueron interceptados. El ataque, instigado por Irán, ocurrió como represalia por la muerte del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en un ataque israelí en Teherán. El régimen iraní utiliza a grupos como Hamás y Hezbolá para atacar a Israel indirectamente, evitando una respuesta directa de sus fuertes aliados, Estados Unidos y Gran Bretaña. El ataque se suma a una reciente matanza de niños en los Altos del Golán, también perpetrada por Hezbolá. Israel permanece en alerta máxima mientras continúa su operación militar contra bases terroristas de Hamás en Gaza, en respuesta a ataques previos.
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