El fuerte temporal de viento que azotó Cataluña causó numerosas incidencias menores, destacándose por su impacto en la navegación aérea y el servicio ferroviario. En el aeropuerto El Prat, las rafagas de viento cruzado complicaron las operaciones aéreas, provocando que varias aproximaciones fueran abortadas y que el gestor ENAIRE recomendara a los pasajeros confirmar el estado de sus vuelos. El clima adverso también afectó al tráfico ferroviario, especialmente en la línea R3 de Rodalies, donde Renfe suspendió el servicio preventivamente entre Ripoll y Puigcerdà sin ofrecer transporte alternativo por carretera. La línea R11 también experimentó interrupciones debido a la caída de árboles en las vías, lo que obligó al transbordo de pasajeros en el tramo afectado.
En términos de emergencias, el teléfono 112 recibió más de 500 llamadas relacionadas con incidentes causados por el viento, principalmente alertando sobre la caída de ramas y árboles en las vías públicas, especialmente en las regiones de Girona y el sur de Barcelona. La caída de estos árboles también ocasionó cortes viales, afectando carreteras como la T-700 y la C-55. En Girona, el derribo de un árbol sobre una línea eléctrica dejó sin suministro a 1.435 abonados, aunque las reparaciones lograron reducir la cifra de afectados a 210 para el final del día. A pesar de los inconvenientes generados, el episodio de viento no dejó heridos ni situaciones de gravedad, y se espera que las condiciones meteorológicas mejoren en los próximos días, con un aumento generalizado de las temperaturas y cielos despejados.
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