Los incendios forestales en Ávila y Cáceres siguen fuera de control, alimentados por altas temperaturas y vientos que han intensificado la propagación de las llamas desde su inicio el lunes y martes. En Ávila, la situación es crítica, con el municipio de Mombeltrán y la localidad de El Arenal bajo confinamiento, afectando a cerca de 4,000 residentes. Un bombero de la UME sufrió heridas leves mientras luchaba contra el fuego, que ha arrasado entre 1,500 y 2,000 hectáreas. Las autoridades locales informan que este incendio es el más grave del verano en Castilla y León y se sospecha que puede haber sido provocado intencionadamente, con más de 19 casos similares en la provincia este año.
En Cáceres, el fuego en Las Hurdes afecta ya a 2,500 hectáreas y ha llevado a la evacuación de 200 vecinos de varias alquerías. Aunque algo más estabilizado, el incendio sigue avanzando, creando un panorama complicado para los equipos de extinción que suman más de 500 efectivos. Las condiciones meteorológicas han complicado la situación, especialmente en la localidad de A Cañiza, donde se ha declarado el nivel 2 de emergencia debido a la cercanía del fuego. La presidenta de la Junta de Extremadura destacó la coordinación de múltiples cuerpos de emergencia para afrontar esta crisis, mientras la amenaza de nuevos focos de incendio persiste en la región.
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