Friedrich Merz, veterano político y figura prominente dentro de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Alemania, se perfila como el sucesor del actual canciller Olaf Scholz después de que el gobierno de coalición alemán se haya desmoronado. Merz, quien perdió previamente contra figuras respaldadas por Angela Merkel en su lucha por el liderazgo del partido, ha emergido recientemente como el candidato líder de la CDU/CSU. Las elecciones anticipadas, previstas para el 23 de febrero, se convocaron tras la ruptura de la coalición «semáforo» encabezada por Scholz. Los desacuerdos internos, particularmente con el partido liberal FDP sobre el techo de la deuda, llevaron a la destitución de sus ministros y dejaron al gobierno en una precaria minoría. Según las últimas encuestas, la CDU/CSU obtiene más del 32% de intención de voto, lo que posiciona a Merz como la apuesta más fuerte para suceder a Scholz.
Merz ha sido un crítico vehemente de algunas de las políticas de Merkel, la ex canciller, especialmente en temas de migración y la dependencia energética de Rusia. Si bien su enfoque económico se centra en la liberalización, también carga con el desafío de revitalizar una economía alemana en crisis, tras la pérdida de energía barata y la creciente competencia tecnológica de China. En política internacional, Merz aboga por la protección y fortalecimiento de los lazos transatlánticos y europeos, y ha adoptado una postura dura respecto al conflicto en Ucrania. Con la elección presidencial de Donald Trump en Estados Unidos, Merz podría desempeñar un papel crucial en la redefinición del liderazgo europeo en apoyo a Ucrania. Su potencial ascenso a la Cancillería no solo representa un cambio en la dirección interna de Alemania, sino también promete influir en el escenario político europeo.
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