El diputado francés Pierre Cazeneuve ha propuesto una nueva legislación destinada a prohibir la venta de botellas de plástico de menos de 50 centilitros en Francia, medida que ha ganado apoyo entre la opinión pública. Esta prohibición, que se implementaría a partir de 2027, busca combatir lo que Cazeneuve considera un «disparate medioambiental», ya que la producción de estas botellas pequeñas supone un consumo desproporcionado de plástico en relación a la cantidad de líquido que contienen. Según datos recientes del estudio publicado en la revista Nature, la contaminación por macroplásticos duplica las cifras que previamente se estimaban, alcanzando más de 52 millones de toneladas anuales que contaminan significativamente ecosistemas en todo el mundo. El proyecto pretende abordar estos problemas, prohibiendo tanto la producción como la distribución y el uso de dichos envases.
En el contexto político, el proyecto cuenta con el respaldo de varios sectores, incluidos ecologistas, socialistas y partidos de derecha, quienes han mostrado su compromiso de enfrentarse a las poderosas industrias de bebidas que producen estos envases. Sin embargo, el desafío sigue siendo conseguir una mayoría parlamentaria para su aprobación. Esta propuesta también ha sido bien recibida por la sociedad francesa, donde un estudio reciente muestra que casi dos de cada tres ciudadanos apoyan la iniciativa. Aun así, el debate continúa en cuanto a cómo los franceses obtendrán agua en ausencia de estos formatos, destacando la necesidad de aumentar la disponibilidad de puntos de agua y el recurso a botellas no desechables. La medida subraya un intento por impulsar una gestión más responsable y sostenible del plástico en el país, al tiempo que lamenta la falta de compromiso de las autoridades para reducir el consumo de plásticos de un solo uso.
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