En el pleno de la Cámara de Diputados, las consignas y protestas marcaron una intensa sesión en torno a Cuauhtémoc Blanco, exgobernador y diputado de Morena, acusado por su hermanastra de intento de violación. Los gritos de «¡No estás solo!» y «¡Violentador!» resonaron en el recinto, simbolizando la polarización en torno a su figura. Pese a la oposición de un grupo de diputadas, la mayoría oficialista, apoyada por el PRI, rechazó la solicitud de desafuero presentada por la Fiscalía de Morelos, basándose en inconsistencias en la carpeta de investigación. Este evento dejó en evidencia las divisiones internas dentro de Morena, donde algunas legisladoras, como Ivonne Ortega, clamaron por una postura más firme en defensa de los derechos de las mujeres, mientras Blancoa se mantuvo estoico, respaldado por sus colegas de partido.
La sesión también despertó protestas fuera del recinto, con ciudadanos liderados por activistas como Yndira Sandoval manifestando su descontento y acusando al Congreso de utilizar a las mujeres como fichas de cambio político. La tensión escaló cuando Gabriela Jiménez, vicecoordinadora de Morena, se encontró en una posición delicada tras votar en abstención, sugiriendo una grieta en el plan oficialista para proteger a Blanco. El compromiso del exfutbolista de presentarse ante la Fiscalía fue percibido por los manifestantes como insuficiente, celebrando este episodio como una llamada de atención sobre la falta de avances en la lucha feminista dentro de la política mexicana. Mientras tanto, el debate en el Congreso refleja el complejo entramado de lealtades políticas y desafíos éticos que enfrenta el país.
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