En el Día Mundial del Cáncer de Mama, la Policlínica Gipuzkoa ha resaltado una faceta crítica del proceso de recuperación para las mujeres que enfrentan esta enfermedad: el cuidado del suelo pélvico y la salud íntima. La fisioterapeuta Sara Esparza destaca la importancia de abordar estas áreas debido a las secuelas que pueden derivar de los tratamientos hormonales.
Según datos recientes, el cáncer de mama es la forma más común de la enfermedad entre las mujeres del País Vasco, con 5.122 nuevos casos diagnosticados en el último año. Aunque la tasa de supervivencia supera el 82%, muchas pacientes todavía enfrentan desafíos físicos y emocionales que afectan su bienestar general. Problemas como la disfunción del suelo pélvico y dificultades en la salud sexual son a menudo subestimados pero son cruciales para la calidad de vida.
Esparza subraya que los tratamientos hormonales empleados durante y después de la enfermedad pueden provocar síntomas como sequedad vaginal, disminución del deseo sexual y dolor, debido al déficit hormonal asociado. Estos pueden ir acompañados de síntomas del síndrome genitourinario, como urgencia miccional, incontinencia y molestias durante las relaciones sexuales. Sin embargo, muchas mujeres evitan abordar estos temas en sus consultas médicas, priorizando el tratamiento oncológico sobre la salud íntima.
La fisioterapia se presenta como una solución potencial para estos problemas, ya que puede mejorar la circulación, lubricación y flexibilidad vaginal, además de optimizar la función muscular del suelo pélvico. Por lo tanto, es vital que las pacientes consideren estas opciones desde el inicio del tratamiento.
Esparza enfatiza la disponibilidad de alternativas seguras y efectivas para el cuidado de la salud íntima, especialmente para aquellas que han sufrido cáncer de mama hormonodependiente. Opciones como el masaje perineal y otras terapias físicas ofrecen beneficios sin la necesidad de productos que contengan estrógenos.
La fisioterapeuta concluye con un llamamiento a las mujeres para hablar abiertamente sobre estos síntomas y buscar ayuda, reforzando que cuidar la salud íntima es una parte esencial del proceso de recuperación. «Es fundamental saber que no están solas y que existen soluciones», concluye Esparza.