En un contexto global donde los legisladores están promulgando leyes que restringen la libertad de expresión de las personas LGBTQ+, la preocupación por la seguridad de esta comunidad en el entorno digital es cada vez mayor. Las plataformas en línea, a menudo, censuran discursos pro-LGBTQ+, lo que obliga a muchos a autocensurarse o recurrir a VPNs para protegerse de ser perfilados o acosados.
El reciente Día Internacional contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia ha resaltado la necesidad de ser visibles y de sobrevivir en un ambiente cada vez más hostil. Así, se han compartido consejos cruciales para que la comunidad mantenga su seguridad en línea.
Primero, se aconseja el uso de servicios de mensajería seguros, como Signal, que ofrece encriptación para proteger la privacidad, especialmente para quienes podrían enfrentar graves consecuencias si su identidad sexual o de género fuese expuesta. También se sugiere utilizar mensajes que desaparecen y configurar las aplicaciones para limitar el tiempo de almacenamiento de la información.
Revisar el contenido publicado en redes sociales es otra medida importante. Las interacciones digitales pueden tener repercusiones en el mundo real. Por eso, se anima a hablar con amigos sobre la información sensible que podrían compartir sin querer, como fotos y publicaciones que podrían identificar a quienes prefieren mantener su privacidad.
Además, se recomienda desarrollar planes de respuesta ante incidentes. Dado que la comunidad LGBTQ+ enfrenta riesgos únicos en línea, los aliados deben colaborar en estrategias como desconectar redes sociales o cambiar a canales de comunicación más seguros en situaciones de crisis.
Para quienes asisten a protestas o eventos públicos, es vital tomar precauciones, como deshabilitar servicios de ubicación y proteger dispositivos con contraseñas, evitando métodos biométricos que puedan ser forzados.
La protección de los derechos LGBTQ+ en el ámbito digital es esencial. Mantener la privacidad y la seguridad personal debe ser una prioridad, y la lucha por un internet seguro y justo es una responsabilidad compartida. Garantizar un espacio donde todas las voces sean escuchadas, sin temor a la censura o la discriminación, es un compromiso que debe asumir toda la sociedad.