En el contexto de una creciente conciencia ambiental y el impulso hacia modelos económicos más sostenibles, un grupo de escolares de un centro público ha tenido la oportunidad de conocer de cerca el proceso de reciclaje que lleva a cabo un hipermercado, abarcando desde la sección de alimentación hasta tecnología reacondicionada. Viciana, uno de los responsables del proyecto, enfatizó que el propósito principal es educar a los estudiantes sobre el concepto y las posibilidades de la reutilización, subrayando la importancia económica y profesional que tiene esta transformación tecnológica.
Esta iniciativa no solo pretende informar, sino también formar a los más jóvenes para que lleven el esfuerzo de cuidar el medio ambiente a sus hogares. Novillo, otra figura clave en el proyecto, destacó que se busca integrar los principios de la economía circular tanto en el ámbito educativo como en la sociedad en general. Novillo también recalcó que la formación facilitada, que incorpora aspectos teóricos y prácticos, es fundamental para promover un cambio real en los modelos de consumo y producción, donde los residuos se reincorporan a la cadena productiva, evitan el uso excesivo de recursos y generan nuevas oportunidades de empleo y de desarrollo económico verde.
El Programa de Economía Circular, en colaboración con el Instituto Superior Madrileño de Innovación Educativa (ISMIE), ha dado un paso adelante al involucrar a los docentes en esta materia. Durante el segundo trimestre, los alumnos están encargados de diseñar un proyecto que se integrará con los contenidos de las asignaturas de Geografía e Historia en tercer curso de ESO, y de Economía y Emprendimiento en cuarto. Esto permite un abordaje práctico, enriqueciendo la experiencia educativa con tareas que buscan consolidar los principios de sostenibilidad y reciclaje.
En una colaboración interinstitucional donde confluyen las Consejerías de Educación, Ciencia y Universidades, Medio Ambiente, Agricultura e Interior, y la Universidad Carlos III de Madrid, el programa culminará con la selección de las cinco mejores propuestas que serán presentadas públicamente. Los estudiantes detrás de estos proyectos recibirán un diploma como reconocimiento, y se incentivará a las instituciones educativas participantes a proponer iniciativas que aborden la protección medioambiental o el desarrollo de infraestructuras compatibles con la economía circular.
Esta iniciativa establece un precedente en la educación ambiental, situando a los escolares como agentes activos del cambio hacia un futuro más sostenible. A través de esta formación integral, se busca no solo educar a la próxima generación, sino también fomentar un cambio de mentalidad en el uso de recursos, alineado con los retos medioambientales actuales y las oportunidades económicas emergentes.