El pasado mes de mayo, el Ejecutivo autonómico lanzó la cuarta edición de un curso que ha adquirido notable popularidad, con un incremento del 81% en el número de inscripciones, alcanzando un total de 1.467 candidatos. De estos, solo 45 han sido seleccionados para iniciar el programa en septiembre, el cual combina formación académica y experiencia profesional en diversos sectores: económico (31%), técnico (24%), legal (20%) y social (13%). Al final del curso, se escogerán 24 participantes que continuarán su formación en el extranjero, apoyando a empresas madrileñas.
La iniciativa del Gobierno regional cuenta con una inversión de 1,5 millones de euros y busca identificar y capacitar a jóvenes talentos. Estos seleccionados recibirán 300 horas de educación teórica, complementadas con prácticas internacionales durante un periodo de 12 meses en países estratégicos. Las asignaciones económicas para estas prácticas varían entre 30.000 y 50.000 euros dependiendo del destino, que puede incluir ciudades tan diversas como Washington DC, Chicago, Nueva York, Bogotá, Sao Paulo, Túnez, Dubái, Yakarta, Pekín y Kuala Lumpur, entre otras.
Al concluir el curso, los Técnicos de Comercio Exterior (TCE) serán galardonados con un doble título propio de Formación Internacional emitido por la Cámara de Comercio y el Instituto Superior de Derecho y Economía. En la edición anterior, el programa logró un incremento del 12% en las actividades realizadas, abarcando estudios de mercado, análisis sectoriales, ferias, consultas y servicios personalizados, misiones empresariales y reuniones con empresas y organismos.
Para poder participar en el programa, los aspirantes deben cumplir varios requisitos: tener menos de 30 años, ser ciudadanos de la Unión Europea, residir en la Comunidad de Madrid por más de un año (o tres de forma continuada en la última década), acreditar una titulación universitaria homologada, demostrar un dominio del inglés (mínimo nivel B2) y no haber sido beneficiarios de ninguna otra ayuda o beca similar.
Esta iniciativa no solo se posiciona como una plataforma crucial para el desarrollo de jóvenes profesionales, sino también como un motor para impulsar la internacionalización de las empresas madrileñas, consolidando así su presencia en mercados globales.