En agosto de 2025, los ahorradores enfrentan un dilema financiero crucial: optar por la seguridad de los depósitos a plazo fijo o aventurarse en el dinámico mundo de los fondos de inversión. La disminución en la rentabilidad de los depósitos bancarios y las prometedoras cifras que algunos fondos han comenzado a mostrar, han puesto esta decisión en el centro del debate financiero.
Los depósitos a plazo fijo continúan siendo la elección segura para quienes desean evitar riesgos. Con protección de hasta 100.000 € por el Fondo de Garantía de Depósitos, estos instrumentos ofrecen una tranquilidad incomparable. En España, las mejores ofertas presentan un interés entre el 2,3 % y el 2,55 % TAE para plazos de 6 a 12 meses. Sin embargo, una inflación cercana al 2 % amordaza las ganancias reales, convirtiendo estos depósitos en una herramienta de bajo crecimiento aunque fiable para los ahorradores.
Por otro lado, los fondos de inversión han capturado la atención de aquellos con apetito de riesgo. Hasta julio de 2025, estos instrumentos han promediado una rentabilidad del 2,1 %, aunque las variaciones son significativas según el tipo de fondo. La posibilidad de diversificación, el traslado del dinero sin consecuencias fiscales hasta el reembolso y el potencial de capitalizar las tendencias de mercado, son ventajas que ofrecen. Sin embargo, la ausencia de garantía de capital y la volatilidad de los fondos más agresivos presentan retos considerables.
La comparación entre ambos instrumentos revela una distinción clara. Los depósitos aseguran un interés fijo cercano al 2,5 % TAE, aunque erosionado por la inflación, mientras que los fondos ofrecen flexibilidad, ventajas fiscales y un potencial de rentabilidad mayor, a cambio de asumir riesgos.
Agosto de 2025 emerge como un periodo de transición para los inversores. La elección entre la estabilidad de un depósito y el dinamismo de los fondos dependerá del apetito de riesgo de cada ahorrador y su disposición a sacrificar accesibilidad inmediata al capital, buscando una rentabilidad potencialmente superior a mediano o largo plazo.