Hansi Flick, el estratega alemán a cargo del FC Barcelona, ha logrado rejuvenecer al equipo catalán con su enfoque centrado en la confianza y la versatilidad de sus jugadores. Uno de los claros beneficiados de su gestión es Raphinha, quien, inspirado por el respaldo constante de Flick, se ha convertido en una de las sensaciones del fútbol europeo al acumular 23 goles y 15 asistencias en apenas 34 partidos. Este renacer no se limita a Raphinha; Ferran Torres ha pasado de ser objeto de críticas a convertirse en una pieza clave del ataque, contribuyendo con 10 goles en poco menos de 1,000 minutos jugados. El impacto de Flick se extiende a veteranos como Lewandowski y jóvenes talentos como Pedri y las promesas de La Masia, Lamine Yamal y Pau Cubarsí, consolidando un equipo que parece estar tejido con un balance entre experiencia y juventud.
El enfoque innovador de Flick también se refleja en la flexibilidad táctica del Barcelona, vital para su desempeño en competiciones nacionales e internacionales. La combinación entre un mediocentro posicional como Marc Casadó y un más dinámico Frenkie de Jong ha brindado al equipo la capacidad de adaptarse a diferentes estilos de juego, una dualidad que estaba en duda hasta que Flick identificó su potencial complementario. Asimismo, el entrenador ha trabajado estrechamente con Deco, director deportivo, para convertir una plantilla aparentemente limitada en un conjunto versátil y competitivo, preparado para encarar retos como el de la Liga y Champions. A pesar de una composición inicial de plantilla cuestionada, el Barcelona de Flick mira con optimismo hacia finales de temporada, sin renunciar a la aspiración de nuevos títulos y con la convicción de que el camino trazado por el entrenador alemán está conduciendo al resurgir del club en la élite del fútbol mundial.
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