La Fiscalía General de la República (FGR) ha respaldado la versión de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) sobre la masacre de seis migrantes en Chiapas, tras un enfrentamiento con militares al suroeste del estado, después de dos días de silencio. Según ambas entidades, el incidente ocurrió cuando los soldados patrullaban en busca de traficantes y se encontraron con tres camionetas repletas de migrantes de diferentes nacionalidades, quienes huyeron al ver a las autoridades. La Sedena reportó haber escuchado detonaciones durante la persecución, lo que motivó a los militares a disparar contra los vehículos, resultando en seis muertes. La FGR añadió que los soldados fueron agredidos primero, justificando así su respuesta armada.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum ha informado que los soldados implicados están bajo arresto y son investigados por sus propias autoridades, mientras que la FGR ha enviado un equipo a Tapachula para la indagatoria pertinente. El incidente ha avivado las críticas contra el partido gobernante y su política de militarizar el control migratorio, una estrategia que, según diversos informes, atenta contra los derechos humanos. A pesar de los esfuerzos por aclarar el suceso, la identificación de las víctimas y su nacionalidad sigue siendo confusa, con discrepancias entre las versiones de las autoridades. La gravedad de este evento ha llevado a la FGR a solicitar asistencia internacional en la investigación y asegurar apoyo consular y psicológico a los migrantes involucrados.
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